A Few Steps From The Sea

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Vivir cerca del mar es todo un privilegio por la calidad de vida que nos ofrece: Caminar por la playa, correr cerca del mar o simplemente tirarse a descansar cerca del agua son algunas de las opciones para relajarse y distenderse.

Si además podemos disfrutar de ese mar sin salir de nuestra casa, entonces habremos alcanzado la felicidad absoluta. Es el caso de la siguiente vivienda donde el mar parece un cuadro, un mural o una simple postal que intencionadamente hemos decidido colocar en las paredes para darle color al hogar.

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Esta vivienda tiene un punto muy bien planteado: Un único espacio totalmente diáfano donde se integra el salón, el comedor y la cocina. Sabia elección para poder contemplar desde cualquier rincón, esas vistas que te dejan con la boca abierta.

En cuestiones de diseño de interiores y decoración, se han escogido colores acordes con el emplazamiento: Los tonos azules, blancos, dorados y las fibras naturales.

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Para aprovechar al máximo las vistas al mar se ha evitado, en la medida de lo posible, las paredes para dejar paso a grandes ventanales en forma de «L» aprovechando la esquina para que desde cualquier rincón del salón se pueda disfrutar del paisaje.

Un sofá principal en posición privilegiada y dos bancos de obra colocados junto a los ventanales amplían la zona de descanso. Se han utilizado cojines en tonos azules combinados con estampados a rayas para dar una breve introducción a los «motivos marineros«.

La madera, las fibras naturales y los tonos cálidos se cuelan en todo el espacio aportando un toque muy real y natural. Para seguir ofreciendo colorido y mucha alegría, se introducen centros de flores. Una de las ventajas de estas vistas es que cualquier elemento que pongamos en casa va a verse potenciado por el azul del mar.

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Dadas las dimensiones del salón, en el otro extremo se ha querido aprovechar creando un lugar único para relajarse contemplando las vistas o disfrutando de una buena lectura. Una butaca colocada de forma estratégica nos da a entender que es el lugar escogido para tener esos momentos de soledad en los que hacer uso del «efecto calmante» que ofrece el mar.

Para esos días de invierno, una chimenea de obra incorporada sobre una pared azul hará de esos días grises de invierno, un espacio cálido y confortable.

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Toda la vivienda «abusa» de esas vistas y el comedor es otro de los espacios. Seis sillas Eames en color blanco destacan sobre una pared del mismo azul que la zona de lectura pero en esta ocasión y para aportar calidez al espacio, se ha revestido de tablones de madera que se prolongan hasta el techo. Sin duda un espacio donde celebrar y compartir grandes momentos donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle.