Los espejos son un elemento práctico y decorativo que contribuyen a aumentar la sensación de profundidad y luminosidad en cualquier rincón de casa.
Escogiendo un diseño adecuado y una buena ubicación podemos lograr efectos muy diversos dentro de la decoración.

Una de las virtudes de colocar espejos en nuestro hogar es que permiten agrandar los espacios, multiplicar la luminosidad y, cómo no, aportar un toque mágico a cualquier rincón.

A la hora de plantearnos dónde colocar los espejos, debemos pensar en una ubicación acertada en función del efecto que queramos conseguir:
1. Colocando espejos en estancias pequeñas y oscuras, lograremos multiplicar la luz y la sensación de amplitud.
2. Los espejos en puntos concretos permiten convertir esa ubicación en un foco de atención.
Una de las opciones más extendidas hoy en día es colocar espejos de gran tamaño apoyados en el suelo. Estos espejos también llamados «XXL«, no sólo se diferencian por ser muy prácticos sino que además aportan elegancia y presencia.
El dormitorio, el recibidor o el salón son lugares preferentes para situar este tipo de espejos y, sin duda, los convertirá en el centro de todas las miradas.
En el dormitorio:


En el recibidor:

En el salón:

Si realmente eres un apasionado de los espejos, no dudes en dedicarle el protagonismo que se merecen. Escoge una pared y diseña un «collage» incluyendo varios tamaños y formas.
El resultado será sorprendente si combinas distintos materiales y diseños y los puedes intercalar con otros elementos decorativos como marcos, cuadros u objetos variados (cabezas, máscaras, letras, etc.)

Existen infinidad de formas y tamaños para decantarnos por los espejos: Redondos, cuadrados, con formas geométricas, etc.
Espejos que simulan ventanas:
Déjate llevar por la magia de los espejos y aporta un toque especial a tu hogar.
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