Abrimos las puertas de una fantástica casa de campo donde se ha conseguido alcanzar un equilibrio entre lo rústico y lo natural.
¿Cómo se consigue ese equilibrio?
Rústico: Incorporando elementos y fibras naturales. Abundancia de madera y objetos decorativos muy característicos del estilo rural.
Natural: El propio paisaje donde se ubica la casa, rodeado de naturaleza, junto a la abundancia de flores y plantas que se acoplan perfectamente con el entorno.
A las puertas de la casa, nos dan la bienvenida cuatro fantásticos maceteros con un intenso verdor que guardan una simetría con dos elementos decorativos de cerámica colgados en la fachada y que presentan unos dibujos abstractos en color verde.
Al abrir la puerta principal, vemos al fondo del recibidor un balcón que aporta amplitud dando la sensación de continuidad. Un basto suelo apenas tratado permite acentuar el estilo rústico.
Toda la vivienda cuenta con un techo abuhardillado y revestido de vigas y paneles de madera barnizada.
Además de los colores neutros, la gama de amarillos se convierte en el color seleccionado para todos los espacios de la vivienda presente, sobre todo, en elementos decorativos y en los textiles.
Al acceder a la vivienda, nos encontramos con un pequeño comedor a las espaldas del sofá. Una mesa de madera con 3 sillas blancas que coordinan con los marcos y contraventanas de los balcones.
Junto al balcón una consola del mismo tipo que la mesa decorado con un espejo dorado y una lámpara de cerámica con una pantalla en blanco. Objetos decorativos como una cesta y un bol de madera con limones que le aportan un toque fresco de color.
A la izquierda del comedor, escondido en un rincón muy acogedor de la casa, nos encontramos el salón con una chimenea de obra que sirve de punto central de la estancia.
- Sobre la chimenea un gran espejo y diversos jarrones de cerámica y de vidrio decorados con flores blancas.
- En los extremos dos mesillas de metacrilato decoradas con libros y flores y a los pies dos cestos donde guardar los troncos de madera.
Una mesa de centro de estilo industrial repleta de objetos decorativos como botellas, libros y un servicio de bar en una bandeja de fibras naturales.
Un sofá en color marrón decorado con cojines de distintos estampados y una alfombra de pelo corto en la misma tonalidad que el sofá.
Se ha querido aprovechar un rincón junto al balcón, creando un espacio secundario formado por una butaca y un taburete de madera natural a modo de mesilla.
El dormitorio principal es sencillo con los objetos decorativos imprescindibles y con una luminosidad que crea un espacio extremadamente cálido y muy acogedor. El propio techo y las vistas del paisaje natural completan el aspecto decorativo del dormitorio.
El algodón, el lino y el mimbre son los materiales que contribuyen a esa calidez presente en los textiles tanto en colores neutros como en el golpe de amarillo presente en la colcha.
A ambos lados de la cama, dos mesillas asimétricas de materiales totalmente diferentes (mimbre y acero).
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